A decir verdad, se parecen muchísimo.
Creo que es el corte de pelo que le hemos estado haciendo ultimamente. A estas alturas ya no se queja. Barre que barre. Le quitamos los espejos y sigue barriendo.
Mi uña, a lo más, se me quiebra en un par de dias, y no me pregunta nunca a dónde voy, y siempre está conmigo. En mi mano.