miércoles, noviembre 24, 2010

Omar

Llegue a tu casa. No abriste la puerta, no me saludaste, no me preguntaste por la salud de nadie. Pase a la cocina. Abri la ultima latita que te quedaba, le di dos sorbos y escuche un ruido. Al ruido, seguro lo escucharon los que por tu puerta caminaban, ademas del vecino. Y la repeticion, para que todo sea mas raro, en tu casa, sin tu presencia.

Quise sentarme en el sofa que usabas para leer, pero senti que alguien me observaba. Me levante. Escribi tu nombre con mis pasos. Al ruido, incesante, le hable.

Con una envidiable economia de palabras me conto algunas cosas que pasaron aqui. Te prometo una descripcion exhaustiva. Luego se abrio la puerta, entraste y me dijiste: estoy lista. Y nos fuimos a la casa de ellos, donde nos esperaban.

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