Durante la cena, boca y labios ocupados, el gato mira para afuera, mira la ventana, mira y de a poco se duerme. Entreabiertos los ojos, descansa. Como gallina empollará un árbol. Copa y copa de vino, se brindan los ojos, se limpian los labios la salsa de spaghetti, se enjuagan las bocas, una pierna juega con otra y con otra. Revolución debajo del mantel.
Cuando el disco toca las últimas tres notas, el gato que hace rato duerme revolea en cámara lenta su cola. Los labios y una de las lenguas se siguen mimando. El resto de los cuerpos descansa con una sonrisa. Mientras uno fuma, el otro aprende, cambian los roles, con la uña y la carne cierran un trato, el bolso, y se mandan a mudar.
Al gato no lo dejan. Viven como boca y labios con gato, como pierna salsa de spaghetti y película con ganas, y beben un poco de vino a veces, cuando se han olvidado de comprar café.
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